Francia celebra la publicación del primer volumen del Sexto Informe de Evaluación del IPCC (9 da agosto de 2021) [fr]
Francia celebra la publicación hoy, lunes 9 de agosto de 2021, del primer volumen del Sexto Informe de Evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) acerca de las bases físicas de dicho cambio climático.
9 de agosto de 2021
Fruto de la colaboración internacional de unos 250 científicos de más de 60 países, este nuevo informe del IPCC presenta el estado actual de los conocimientos sobre el cambio climático y las últimas tendencias, así como nuevas proyecciones climáticas a escala mundial y regional –en función de distintos escenarios socioeconómicos–, en particular sobre la temperatura, las precipitaciones y el aumento medio del nivel del mar.
La conclusión del IPCC es alarmante: la subida de la temperatura mundial se ha intensificado aún más, a un ritmo que muy probablemente hará que entre 2021 y 2040 se supere el umbral de 1,5 ºC de calentamiento desde la era preindustrial.
Para limitar y estabilizar el calentamiento global por debajo de los 2 ºC, incluso a 1,5 ºC, el IPCC confirma que deben reducirse las emisiones de dióxido de carbono (CO2) de forma rápida y alcanzarse las cero emisiones netas de dicho gas en torno a 2050, al igual que lograr que las emisiones de los demás gases de efecto invernadero disminuyan.
Las consecuencias del cambio climático que ya han podido observarse se irán intensificando a medida que vaya calentándose el planeta. Los cambios repercutirán en las temperaturas máximas y mínimas, la intensidad de las precipitaciones, la severidad de las sequías y la frecuencia y la intensidad de los fenómenos climáticos todavía poco frecuentes.
Algunos efectos, como el aumento del nivel del mar o el derretimiento de los mantos de hielo serán irreversibles en siglos o milenios. Los mecanismos naturales de absorción del carbono, en particular por los bosques y los océanos, serán cada vez menos eficaces.
El informe refuerza la voluntad de Francia de seguir actuando internacional y nacionalmente en el marco del Acuerdo de París, con el fin de limitar las emisiones de gases de efecto invernadero y prepararse a algunos de los efectos del cambio climático que ya son ineludibles.
La Unión Europea, bajo el impulso de Francia entre otros, adoptó el objetivo de la neutralidad en carbono para 2050 y ha elevado su ambición, marcándose el objetivo de reducir las emisiones netas al menos en un 55 % con respecto a 1990 de aquí a 2030. El pasado 14 de julio, la Comisión Europea publicó una serie de propuestas legislativas para traducir a la práctica dicha ambición.
En el plano nacional, la Ley Clima y Resiliencia, producto de la labor de la Convención Ciudadana por el Clima, instaura medidas nuevas relativas al transporte, la renovación de las viviendas o la lucha contra la artificialización que, junto al resto de medidas ya tomadas durante la legislatura, ayudarán a alcanzar los objetivos de Francia.
Con el segundo plan nacional de adaptación al cambio climático, el Gobierno también implementa las acciones necesarias para proteger a los ciudadanos y adaptar todos los sectores de la economía a las futuras condiciones climáticas, mejorando a la vez su resiliencia.
«Este informe del IPCC vuelve a recordar, con razón, que resulta realmente urgente tomar todas las medidas necesarias para implementar plenamente el Acuerdo de París, acuerdo que a todos nosotros, Estados, entidades territoriales, sociedad civil, empresas, ONG, nos sirve de guía para limitar el calentamiento global y sus consecuencias. La COP26, que se celebrará en noviembre en Glasgow, es una cita crucial para elevar la ambición mundial en materia de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. La diplomacia francesa está plenamente movilizada con la presidencia británica de la COP26 y llama a todos los Estados que todavía no lo han hecho a elevar e implementar sus objetivos climáticos nacionales, tal y como hizo la Unión Europea en diciembre de 2020», ha declarado Jean-Yves Le Drian, ministro para Europa y de Asuntos Exteriores.
«La labor del IPCC es, para todos los países del mundo, la piedra angular científica sobre la que fundar las políticas climáticas. Siete años después de su última evaluación, el IPCC prevé una aceleración del calentamiento global y una intensificación de los trágicos fenómenos que ya estamos sufriendo en todos los continentes. Frente a esta amenaza, la vía es clara: aplicar plena y universalmente el Acuerdo de París. Tanto para reducir las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero como para adaptarnos a fenómenos climáticos cada vez más extremos. Europa ha dado ejemplo elevando la ambición de reducción de las emisiones netas al 55 % de aquí a 2030 con respecto a 1990 y con el paquete de medidas «Objetivo 55». El desafío es inmenso, porque exige salir en una década de una civilización que lleva varios siglos fundándose en las energías fósiles. Con un plan de recuperación de 30 000 millones en inversiones verdes, con la ley Clima y Resiliencia, con una acción europea e internacional decidida para descarbonizar la economía mundial, Francia está luchando», ha declarado Barbara Pompili, ministra de Transición Ecológica.
«El mundo de la investigación tiene el deber de profundizar en el conocimiento de los fenómenos relacionados con el cambio climático y el de la educación superior, la misión de sensibilizar y formar a todos los estudiantes en los retos que plantea la transición ecológica y los objetivos del desarrollo sostenible. La nueva conclusión del IPCC es inexorable: no hay región del mundo que se libre del cambio climático, y la población ya está sufriendo algunas consecuencias muy directas del mismo. Deseo aplaudir la excelencia y la implicación de los investigadores del mundo entero, que, con el mayor rigor científico, nos alertan sobre lo que nos espera a todos si no seguimos las nuevas directrices que tan necesarias resultan. Ya se han emprendido muchas medidas a escala mundial, pero hay que ir más allá. Nuestro planeta es nuestro bien más preciado, resulta urgente actuar», ha declarado Frédérique Vidal, ministra de Educación Superior, Investigación e Innovación.
Los informes del IPCC reflejan periódicamente el estado de los conocimientos más avanzados. Esta producción científica es central en las negociaciones internacionales sobre el clima. También es fundamental a la hora de alertar a los responsables de tomar decisiones y a la sociedad civil.
En Francia, muchos equipos de investigación trabajan en estas cuestiones, sumando varios cientos de científicos que contribuyen en distintas fases de elaboración de los informes del IPCC. La aportación económica de Francia al presupuesto del IPCC asciende a un millón de euros anuales.