Discurso de la Embajadora, con motivo de la Fiesta Nacional de Francia [fr]
Excelentísimo Director para Europa de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Sr. Alejandro Negrín
Estimados presidentes de las comisiones de Relaciones Exteriores del Senado, de la Cámara, y del Grupo de Amistad franco-mexicana,
Estimados diputados y senadores,
Estimado Coordinador de la Presidencia de la República, Sr. Jesús Ramírez Stabros
Estimado Presidente municipal de Puebla, querido Tony Gali Fayad,
Queridos colegas del cuerpo diplomático,
Querido Fernando Alvarez de Castillo, Director de Bibliotecas,
Queridos amigos y amigas,
Mes chers compatriotes:
Para mí es un gran placer ser su anfitriona, en esta espléndida biblioteca de la Ciudadela, que nos abre de nuevo sus puertas con la misma generosidad de siempre, para celebrar juntos este 14 de julio, nuestra fiesta nacional, la cual lleva también este mensaje universal de “libertad, igualdad y fraternidad”, que sigue resonando con la misma fuerza 225 años después de la Revolución Francesa.
Hace un año, en este mismo recinto, nuestro Ministro de Asuntos Exteriores, Sr. Laurent Fabius junto con el Secretario José Antonio Meade, estaba con nosotros, dando fe así de la voluntad de Francia para construir de nuevo con su gran país, una gran relación.
La visita de Estado del Presidente Hollande el pasado mes de abril, a invitación del Presidente Peña Nieto, no sólo se inscribió en la filiación histórica de la del General De Gaulle, hace 50 años, sino que abrió el sendero del porvenir al plantear el marco de una asociación renovada, ambiciosa, global y recíproca. Así nuestros presidentes se comprometieron a convertir una relación tradicional de amistad, en una asociación que desemboque en realizaciones tangibles para nuestras sociedades.
Esta reactivación, es verdad, se produce en un contexto privilegiado.
México salió de su relativa discreción: las reformas emprendidas ─cuyo grado de ambición no tiene equivalente en la región, tal como lo destacó recientemente la Presidente del Fondo Monetario Internacional, Sra. Christine Lagarde─ han servido para recordar el inmenso potencial de este país, suscitan la confianza en el extranjero y lo colocan en el grupo de los países destinados a influir cada vez más en el planeta.
Francia desde hace más de dos años, sigue estrechando sus lazos con todos los países de América Latina, sin exclusividad: en este marco, México se destaca como una prioridad absoluta. En Francia se trata de una política de Estado que ha dado lugar a un consenso, no sólo en la clase política sino también en el mundo empresarial y de la sociedad civil. ¡Es algo lo suficientemente raro en nuestro pueblito galo, como para destacarlo!
Sin lugar a dudas, este último año hemos vivido el privilegio de los reencuentros:
Reencuentros entre nuestras comunidades académicas con la visita de rectores a Francia en octubre del año pasado cuyo seguimiento fue el foro académico, realizado al margen de la visita presidencial en México;
Reencuentro entre nuestras comunidades científicas con motivo del foro para la ciencia e investigación en México en junio de 2013, que permitió identificar nuevos campos de cooperación;
Reencuentro cultural con una excepcional concentración de manifestaciones de prestigio, marcada por la exposición sobre Frida Kahlo y Diego Rivera, que sedujo a 200 000 visitantes en París; y la sucesión de muestras del patrimonio francés en México, con el impresionismo en el Museo Dolores Olmedo; o la maravillosa exposición Kerámica del Museo del Louvre, que se trasladó del Museo de Antropología a Oaxaca; sin hablar del arte contemporáneo, honrado con Louise Bourgeois en Bellas Artes o Daniel Buren en Guadalajara; o del ciclo de fotografía franco-mexicana “mano a mano” que genera veinte exposiciones en todo el país. Y ahora todos esperamos con impaciencia la presentación en octubre en París de la exposición dedicada a la cultura maya, “Un Mundo sin fin” que va a fascinar una vez más al público francés.
Y ahora, ¿dónde estamos?
Tenemos una hoja de ruta definida por nuestros Presidentes y un calendario cuya próxima etapa ya ha sido fijada para el 14 de julio de 2015, cuando el Presidente Peña Nieto realizará una visita de Estado a Francia.
Tenemos las contribuciones de los miembros del Consejo Estratégico Franco-Mexicano, que desempeña a la vez el papel de asesor para nuestros Gobiernos y de incubadora de proyectos estructurantes.
Tenemos también firmados cuarenta y dos acuerdos que ponen, en particular, la formación y la investigación en la parte medular del reactor bilateral.
Desde abril, como decimos en Francia, “le soufflé n’est pas retombé” algo así como que “¡no se ha desinflado el souflé!”.
En efecto, las dinámicas ya están en marcha sobre temas estratégicos como la cooperación espacial, la innovación, la salud, por no citar más que algunos ejemplos. Les grupos de trabajo ya están en plena obra, y las visitas se suceden entre ambos países.
Ya se han logrado resultados concretos con la instalación de una oficina europea de la UNAM en la Sorbona; el aumento este verano del número de jóvenes mexicanos que van a integrarse a una formación en Francia; o el apoyo de la Gendarmería Francesa a la formación de los mandos de la nueva Gendarmería Mexicana, para garantizar la protección de los ciudadanos en el marco del Estado de Derecho.
En el ámbito económico nuestros márgenes de progreso siguen siendo considerables. Estamos en el camino correcto para lograr el objetivo de duplicar nuestros intercambios comerciales para 2017, apoyándonos en el renovado interés que suscita México en las empresas francesas. Los éxitos logrados por algunas de ellas este año (pedidos de aviones, contratos en materia de energía, inversión en telecomunicaciones) dan fe de la confianza mexicana en la tecnología francesa. Pero queremos ir más lejos favoreciendo las inversiones cruzadas entre nuestros países, y la creación de asociaciones industriales y tecnológicas que fomenten la participación mexicana en las cadenas de valor mundiales. Tal como lo dijo el Presidente Hollande: “lo que es bueno para el crecimiento de México, es también bueno para el crecimiento francés”. Todo el dispositivo francés, tanto en Francia como en México, se ha movilizado hacia estas prioridades.
En el escenario internacional, en donde Francia y Mexico comparten tradicionalmente muchas convergencias, estamos juntos en una iniciativa de lucha contra el cambio climático para obtener un acuerdo vinculante y universal, en la próxima cumbre COP 21 que París auspiciará en noviembre de 2015; en las Naciones Unidas, México y Francia van a patrocinar una iniciativa sobre el encuadre del derecho de veto de los miembros del Consejo de Seguridad en los casos de atrocidades: el camino es difícil, lo sabemos, pero vale la pena arriesgarse, pues la indignación impotente mina la credibilidad del multilateralismo.
Finalmente, valoramos que México desee unirse a la organización de la francofonía, afirmando su papel de puente entre los mundos hispánico y francófono, que se reencuentran en valores comunes.
La Embajada de Francia aquí en México, totalmente comprometida con esta reactivación, ha lanzado paralelamente nuevas iniciativas que buscan dar a conocer mejor la Francia de hoy y preparar el futuro:
Primero: mediante una política de comunicación activa, utilizamos los recursos de Internet para que los jóvenes se unan a nuevas comunidades de interés franco-mexicanas, con la creación de nuevos espacios de colaboración. Quiero destacar la plataforma Internet “amigos de Francia” ─para los ex alumnos de México en Francia, que ya cuenta con más de 4 000 afiliados. Y me complace anunciarles la puesta en marcha de un segundo espacio interactivo para los investigadores de ambos países, organizado con el CONACYT. Además lanzaremos la próxima semana, en la Residencia de Francia, la primera oferta de cursos de francés en línea disponible en todo el país. Estas clases elaboradas por profesores altamente calificados del IFAL, darán acceso a nuestra lengua a públicos que se habían descartado hasta ahora.
Segundo: hemos priorizado el fortalecimiento de los lazos con los Estados y ciudades de la federación. La bienvenida que tanto las autoridades estatales como municipales han dado al equipo de Francia, ha revelado la riqueza de oportunidades económicas y un deseo de cooperar más intensamente con Francia. Y “para muestra basta un botón”: la reciente semana francesa en Puebla en donde, gracias al compromiso del Presidente Municipal y del Gobernador, Francia ocupó el lugar de honor durante siete días, en el marco de un programa que asoció manifestaciones de todo tipo y encuentros profesionales.
Y, por fin, al lado de manifestaciones culturales prestigiosas, pero efímeras, apoyamos el desarrollo de intercambios entre jóvenes artistas y profesionales de la cultura, quienes son la nueva generación portavoz de la diversidad cultural que promovemos juntos.
Todo esto suena un poco como un balance, y lo es, puesto que este día de nuestra Fiesta Nacional me da la pauta para despedirme de ustedes: en efecto, me integraré próximamente a otro puesto en París. Es con una gran tristeza que voy a dejar mis funciones aquí, pero también con el orgullo de haber contribuido, con entusiasmo y compromiso, a esta reactivación tan necesaria de las relaciones entre nuestros países, que responde profundamente a las aspiraciones de nuestras sociedades.
No quiero terminar sin agradecer a mis colaboradores que trabajaron a marchas forzadas este año, y sin dar las gracias también a todos los artesanos de la relación franco mexicana: a los de siempre y a los que se les unieron, con un saludo especial a nuestros colegas de la Secretaría de Relaciones Exteriores. Gracias a todos por la confianza que me brindaron. Me gustaría también, en este día en el cual celebramos la Toma de la Bastilla, expresar mi admiración y mi solidaridad a todos aquellos que se comprometen a fortalecer el Estado de derecho y los Derechos Humanos que son –lo vivimos también en nuestras viejas democracias– valores frágiles y nunca totalmente adquiridos.
Y bueno, a título personal, quiero confesarles el gran privilegio que significó para mí vivir esta experiencia en México.
Su país es un deslumbramiento, una oda a la belleza presente en todas partes: en los paisajes, en el patrimonio de sus sitios históricos y de sus ciudades, en la exuberancia de su arte popular, en la amabilidad de su gente. Su país es también un enigma difícil de descifrar por todos sus contrastes, sus paradojas, excesivo, reacio a entrar en el rango de la racionalidad. Su país es también –y aquí me hago eco de todos los franceses que he encontrado– el país de todos los posibles: deseo de todo corazón que, mañana, sea el país de todos los posibles para todos los mexicanos.
Por fin, para Yves y para mí, permanecerá antes de todo como el país de los encuentros y del nacimiento de verdaderas amistades. Por ello –ya lo han comprendido– esta noche no es el momento del adiós ¡sino simplemente el de un “hasta pronto”! Hemos querido que este 14 de julio, además de su aspecto solemne, sea también una fiesta que compartimos juntos. ¡Muchas gracias a todos los patrocinadores que tuvieron a bien apoyarnos!
¡Viva Francia, viva México, viva la amistad franco-mexicana!